31 de diciembre de 2011

2011 (-) 1 = 2012

Una.

Hace un año hice un post con una lista. No es muy original, lo sé. Como no sé qué pedir para el próximo año o solo pido paz, prefiero tachar lo que conseguí y posponer la entrada que tengo pendiente de la presentación de Epidermia. Eso sí, para que veáis que soy igual de pesada que siempre, os dejo algunas imágenes, gentileza de la tendera de Kokoro (Mónica).


2011:

un retrato.
          un corset
                   un vestido de fiesta
potsdam 
    córdoba
             un libro

cortarme el pelo (x2)
        un tatuaje
poesía

amor y amigos.

y besos. muchos besos. besos cálidos.




Pues eso, besos cálidos.
Feliz año.


30 de diciembre de 2011

Partir hacia el lugar donde el silencio

No decir. Ángel de la Torre (Lucena, 1991) expresa la poesía críptica del no decir: el silencio intermitente donde se esconde el cuerpo. Su libro, el primero, Uno partido (Vertical Ediciones, 2011), uno de los descubrimientos más sorprendentes de este año que acaba. Él es doblemente recurrente en mi vida: compañero de la antología Tenían veinte años y estaban locos y amigo personal de una de las chicas que comparte Erasmus conmigo en Alemania.

Pero volvamos a su poesía. Volvamos, entonces, a la vida, sabiendo que no sabemos qué es vivir. Comprobar que uno vive y no hallar nada, sentencia De la Torre. La piel es un fragmento del instante, dice con voz tierna pero grave y recorro mi epidermia en busca de esas mismas palabras, tal vez, con otro timbre, pero las mismas palabras, al fin y al cabo.

Delicioso cuando dice "útero", "piel", "sexo". Pero siempre en una duda, en la pregunta que es la vida, en un saber que el mundo "es", pero sin saber qué diferencia hay entre la muerte y la palabra (= la vida y el silencio). Los muertos se exhiben, pero quién pierde, / si el paso ha sido el último. Porque la sangre no interroga. La sangre está quieta, sea un parto o un poema. Y aun así, existimos.



Ahora o siempre

Alcanzar la atalaya y olvidar la distancia.

Y no decir,
apretar las arterias que recorren tu cuerpo
hasta encontrar el pozo.
Inundar el papel
                       como añoranza de tus manos.

La lejanía es virgen.
Y no decir
algo gotea de tu boca
como este dedo
acariciando el infinito.

Miro hacia otra parte.
Escapa el infinito. Terminar diciendo


y no decir,

y no decir.

                     Ángel de la Torre



29 de diciembre de 2011

El genio de la multitud

Hoy me he despertado sola, pero no. Me he despertado con Gamoneda y luego con Ángel de la Torre y con Vicente Núñez y luego con Bukowski. Como soy así de guay, me he permitido reescribir una traducción de este poema de Buko que me ha pasado Awi y que está sacado de aquí (en inglés original).



Hay suficiente traición y odio violencia necedad en el ser humano
corriente
como para abastecer cualquier ejército o cualquier jornada.

Y los mejores asesinos son aquellos que predican en su contra
Y los que mejor odian son aquellos que predican amor
Y los mejores en la guerra son -al final- aquellos que predican paz.

Aquellos que hablan de dios necesitan a dios.
Aquellos que predican paz no tienen paz.
Aquellos que predican amor no tienen amor.

cuidado con los predicadores
cuidado con los que saben
cuidado con aquellos que están siempre leyendo libros
cuidado con aquellos que detestan la pobreza
o están orgullosos de ella
cuidado con aquellos de alabanza rápida
pues necesitan que se les alabe a cambio.
cuidado con aquellos que censuran rápido:
tienen miedo de lo que no conocen
cuidado con aquellos que buscan constantes multitudes
no son nada solos.
cuidado con el hombre corriente con la mujer corriente
cuidado con su amor
su amor es corriente
busca lo corriente

pero hay genio en su odio
hay suficiente genio en su odio como para matarte
como para matar a cualquiera
al no querer la soledad
al no entender la soledad
ellos intentarán destruir cualquier cosa
que difiera de lo suyo
al no ser capaces de crear arte
no entenderán el arte
considerarán su fracaso como creadores
solo como un fracaso del mundo
al no ser capaces de amar plenamente
creerán que tu amor es incompleto
y entonces te odiarán
y  su odio será perfecto 

como un diamante resplandeciente
como una navaja
como una montaña
como un tigre
como cicuta

su mejor arte.

27 de diciembre de 2011

Epidermia té Ester Varela Sara Ponfe On Fire


Mañana será un gran día. Estaré rodeada de buenos amigos, presentando en sociedad a mi pequeño retoño de vísceras y piel. Será en Ponferrada, en Kokoro, a las 20:30 horas, junto al gran Miguel Ángel Varela y a mi admiradísima Ester Folgueral. Un lujo.

Sonreiremos, aunque las sonrisas sangren, y lloraremos, porque la piel duele de tanta niebla.

Os dejo un par de cosillas (o cuatro) preciosas que han salido por ahí sobre #Epidermia:

- Emily Roberts escribe esto (con sus manitas) en su blog.
- La web El cuento del loco lo elige como uno de los 10 mejores poemarios del 2011.
- Y el plumilla berciano, Juanma G. Colinas, os invitan a acercaros.

Quien no traiga paz que no venga. Las balas las pongo yo.

24 de diciembre de 2011

Tormenta os desea felices fiestas...

...y os deja con un vídeo de su lectura en Palacios este pasado verano. Leo tres poemas de Epidermia, un poema que apareció en la antología de Tenían veinte años y otro texto que podéis leer aquí. Mucho amor.


22 de diciembre de 2011

Texto sin revisar. Atención: contiene spoiler

Las partes en cursiva están extraídas del poemario Yo siempre regreso a los pezones y al punto 7 del Tractatus de Agustín Fernández Mallo. Las partes redondas son mías.


Deja de acecharme por las noches. Sé que no estás.

También nosotros besamos siempre la piel invisible de lo que vemos; y tampoco hay más.

Seguro que a ella no le has dicho cómo me mirabas, cómo arrastrabas tu cama hasta mi cuarto para estar conmigo (o para no estar solo, quién sabe)... cuando ambos ya teóricamente no nos queríamos, pero yo quería crecer todavía con más ansías de lo que te quería. Tú no sabías qué querer y me quisiste.

Tenía que haberte dejado que siguieras usándome: a ver hasta cuánto, a ver qué grotesca caricatura dejabas de mí. Pero... cómo se siente la que siempre te pidió que la definieras. Cómo se siente la desdibujada cuando te oye decir: ¿tú me quieres? Y que él responda, una semana después de haberte abandonado sin que tú lo supieras: si quieres volver conmigo, lo tienes difícil. Lo que tú construiste y destruiste y construiste en cinco años lo barre otra en una semana. Y tú no eras ninguna víbora: eras un trozo de carne que esperaba ser comido.

¿Por qué no me dijiste que sus pulmones se estaban desinflando? ¿Por qué no me dijiste que en otro mapa estabas inflando otra casa? Me hubiera gustado vivirla una noche contigo, viciarle el aire hasta lo irrespirable.

Yo te enseñé, me dices: me enseñaste muchas cosas, me enseñaste a madurar, me dejaste la puerta abierta y he madurado a medias. Te tenía atada a la cuerda del tiempo: cuando por fin tu cara no valiera ni siquiera una disculpa por reducir a náuseas y diarrea tu existencia, entonces yo viviría. Eso es todo. Tu infelicidad es mi felicidad, malquerida.

Desde hoy considérame muerto, te digo, pero ya no me oyes, cierra los ojos, te deseo una feliz noche. Y de repente, la certeza de que has muerto. El destino de las sombras es fundirse, expiar la división que disfrutaron en vida. Abracémonos para poder soportar tanta belleza, esa que ya llega, ¿no la ves?, me decías.

Tengo todos tus mensajes guardados. ¿Por qué lo hice? Pensé que algún día nos haría gracia leerlos juntos. Me dijiste un día: te querré hasta cuando seas vieja y arrugada y seguirás siendo preciosa. ¿Has repetido esas palabras ya? Si las has repetido, son mentira. He leído todos tus mensajes en la noche y ya soy vieja. Todos juntos y me salen arrugas de tantas palabras bellas. Siempre un tequierosiempre que no se cumple. Y cuando ya no estábamos juntos me decías: sabes que siempre estaré en las sombras, cuidándote. El destino de las sombras es fundirse con la nada.

y partiste sin despedirte. Te vi alejarte, fundirte en blanco con el fondo de la calle, mientras un marinero viejo, de esos que han visto esta comedia en todos los puertos, no te quitaba ojo. Soplaba el viento, es cierto. Pero despedirse, me decías a veces, qué significa despedirse cuando el recuerdo ha saturado el pasado y no le queda más remedio que desbordarse en el presente para salpicar con su espuma los días que vendrán [todos]. Podemos despedirnos de las personas, pero no de las cosas.

Cuando el solo yo ocupa todo no hay soledad. Es cuando el yo se oculta en rincones, cuando el yo se camufla y no quiere salir, cuando la ausencia del yo remarca el resto de las cosas que se han perdido: esa es la soledad.

Qué es el tiempo cuando ya no nos queda sino un recipiente pesado aunque vacío, podría haberme dicho, pero no, yo sólo observaba. Acaso sólo somos aeropuertos, me digo ahora, al que van llegando sombras, minutos, segundos: sombras. Pero esto ni en la vejez lo sabemos. Yo, sólo observo.

Por eso quería parar el tiempo: porque el tiempo reduce las sombras. Por eso estoy en mitad de este no-lugar: de este puente o de este aeropuerto. No quiero avanzar, porque seré plenamente consciente de que no hay nada que salvar. No quiero retroceder, porque atrás no hay nada. NO HAY NADA. Así que me quedo aquí, mientras para ti el tiempo sigue corriendo y ya van muchos meses, pero para mí el tiempo no corre: se ha detenido en el mismo instante y lo vivo un día tras otro, hora tras hora, inexorablemente, sin que nadie que me mire se dé cuenta, porque envejezco el tiempo y me salen canas y cumplo años y me paso el día de mi cumpleaños vagando por Berlín invocándote. Y tú no regresas. No apareces por la puerta con un ramo ni me mandas un mensaje de texto, el detalle no importa. Al día siguiente, recibo tu sombra: "eh, sé que me acuerdo de ti: tú siempre eras la primera, pero que sepas, que para mí, el día de tu cumpleaños es como cualquier otro, por eso me permito retrasarme media hora de la fecha: eso es todo lo que eres para mí: ni siquiera rastrojo".

Te busco y te encuentro. No te busco y también te encuentro. Me das tu mano, fría, la que nos da el espejo si lo tocamos, pero no exactamente, me dices unas palabras que salen de tus labios con la distorsión del eco, no las entiendo, remota pero presente, tardo en comprender, eres tú el eco.

Ahora al pasear, al caminar hacia casa, al mirar hacia abajo y ver mis pies en movimiento o mis manos congeladas o la puerta del portal al otro lado de la calle pienso en mí de otra manera. no soy yo ya sin ti. y me siento como resquebrajada, como si me debieras tantas cosas. me siento como engañada, pero en un participio pasado, ¿es posible eso? Pienso en todas las veces que calmaste mi llanto con palabras que apuntaban a un futuro, con expresiones de promesas y mi llanto cesaba, ahora pienso: mentiras, fraude. siento que todos esos llantos empantanados vuelven juntos al llamarte en la noche y que no escuches salvo el sonido del refrigerador y de tu amada, que duerme esta vez, sin saber que ya no piensas en mí: ya no de ese modo. No piensas en mí: ella duerme. Eco.

Ya en la duermevela, voy sabiendo que se debe a la propia fatiga de mi tiempo [el tiempo en sí], primeros avisos de la deuda que contraeremos con la muerte por habernos mostrado la vida. Y es cuando me abrazo más a tu cuerpo en busca del beso. Y es cuando menos lo hallo. Y es cuando comienzo a escribir esto.

"La soledad no existe", decías en la noche, y al ver mi incredulidad te quitabas con tus manos pétreas la ropa y me decías: ves este cuerpo, este cuerpo es real y te dice que no estarás sola. y yo tocaba tu pecho en la noche y sentía un calor intenso, como de lava, como de cosas que no existen porque todavía no han sido definidas. Y te miraba con cara de niña y te creía. Eran cosas de niños, supongo. Los adultos ya no creen en esas cosas.

Y si alguna vez has existido, no existe esa vez. Y si en algún lugar has existido, no existe ese lugar.

A la sombra de lo desconocido. Eres todo lo desconocido, amor, eres todo lo no nombrado, lo no deseado. Lo exterior. ¿Por qué te quiero, amor mío, por qué te quiero tanto si me has destrozado con cuchillos finos y me has colgado de la copa más alta de la humillación y desde ahí arriba ni siquiera reconozco mis pedazos?

Aquí está el sexo: que ya no es nada: puro asco, puro trámite, impureza.
Aquí está el cuerpo: (...).
Aquí está la inteligencia: que no procesa tu egoísmo último, tu crueldad, que no entiende qué era yo y qué no era para destruirme con tanta indiferencia.
Aquí está el amor, que lo destroza todo y el amor, que solo se lee en ti: trauma.

Hay que estar muy confundida para barrer de un solo golpe todos los sueños, y las heridas mal cerradas, y las estrellas que nos esperaban entre el polvo.

Los objetos que te llaman son representaciones tuyas. Me marcho cada vez más lejos para ver si los objetos no se parecen a ti, pero todos son iguales a tu cara. La almohada es tu espalda, el reloj es tu muñeca, la puerta es tu silueta, la ventana, tu salto mortal.

Voy amontonando objetos para que cuando regreses halles aquí a tu doble; para que no quepas; para que no regreses. Que seas feliz. Donde quiera que estés.

Aléjate de mí de una vez, desconocido. Tu ausencia solo provoca más muertes; tus reapariciones provocan de nuevo mi náusea. Solo una foto tuya consigue hacer aullar a mis entrañas. ¿Qué haré con toda mi locura cuando te vea? Tu existencia es mi enfermedad, pero tu ausencia tiene el rostro pálido y los ojos hundidos de la muerte.

Dostoievsky decía: yo tengo un proyecto, volverme loco, tú, al contrario, concebiste el proyecto de expulsar tu locura, porque, quieras o no, ya estabas loco.

Pídeme perdón, maldita sea. No seas tan cobarde: "igual te hice daño". ¿No has visto que todo tiene que ver contigo? ¿Que toda esta huida lleva tu nombre en cada tarjeta de embarque?

¿Qué has sido tú en mi vida?: el todo, porque conseguiste que creyera que yo era alguien y no solamente sombra. Y vuelvo a la sombra de la que me creaste. ¿Qué he sido yo para la tuya? ¿Muchas palabras, pocos (poquísimos) hechos? Yo he sido tu puto tubo de ensayo.
Fin.

20 de diciembre de 2011

Epidermia review o (siempre he querido decir) vengo aquí a hablar de mi libro



Foto de "Captura de pantalla"
Foto de Rebeca Yanke.


Foto de Valle Camacho. Modelo: Leucocito.

Foto de Rubén Negro. Solo falta Blas.

+ un poema que se quedó fuera:


El futuro se ha adelantado.
Me ha sorprendido con una arcada en la garganta.

Vuestra felicidad me revuelve la tripa solitaria.
Vomito de amor
               ajeno
               temprano
                                   en mis oídos.

El fuego amigo,
tan cercano,
tan certero,
                        súbito

                   también
                              mata.





18 de diciembre de 2011

Esta entrada no tiene título porque va sin piel y hace frío

¿Algún día dejaré que esta piel desgajada de serpiente se desprenda como cae el granizo derretido de los árboles? ¿Dejaré que esta epidermis se deshaga con el primer rayo de luz? ¿Derretiré con cera la piel muerta?

¿Dejaré que las heridas de los labios y del frío cuajen y se hagan nieve perpetua? ¿Dejaré marchar de una vez a todos esos momentos que se fueron ya, toda esa piel que abriga pero que ya no sirve?


¿Dormiré sin el peso de pieles de elefantes saciados y de mantas que caen desde el techo como estrellas y oropeles? ¿Dormiré sin derretir la dermis, sin que hierva la sangre de los capilares y se evapore todo el olor de mi cuerpo y mi piel inodora acompase el sueño? ¿Me dejaré ir, a la intemperie, por las nieves de un bosque que se va espesando? ¿Olvidaré por un momento que las pieles desprendidas ya no alimentan más que cicatrices y heridas de guerra y zonas inflamadas rodeadas de punzones?

Saldré desnuda a la calle y todas las señoras con sus abrigos y todos los señores con sus sombreros hablarán con palabras escandalosas y me señalarán con sus dedos puntiagudos como estalactitas. Provoco porque estoy desnuda, pensaré inocente. Tú, desnuda, deja de mostrar tu piel: guárdala. Guárdala, te hará falta cuando llegue el frío. 

Pero No Estoy Desnuda: no espero. No hago nada para que la piel se vaya. Esta piel no es mía, lo promete mi cabello que está a punto de caerse. Esta piel no es ya mía, es la muda de invierno. Así la Piel no se mancha, no se marcha, no. (se) desvela. 

Serais ce possible alors? 

Dormir.

14 de diciembre de 2011

Dos haikus (en inglés) para KFC (Kentucky Fried Chicken) aka CW (Creative Writing)

Utagawa Hiroshige. El puente Ohashi en Atake bajo una lluvia repentina 


Peace is far away. 
A black crow is much further 
and grunts anyway. 

***

The dense fog descends
on the slight guileless bodies. 
Every body dies.

12 de diciembre de 2011

Jajajá el amor

Tu mano fragmentada agarrando un brazo, un abrazo urgente agarrando un cuerpo, tu labio de arriba ocupando la pantalla, tus piernas cruzadas, aguantando el llanto. 

Empiezas otra vez: tú y yo. Quién lo iba a decir. Un tú y un yo. Y todo vuelve a ser tan bonito. Y te oí tantas veces decir: nunca más, y te oí repetirlo: decir: estoy herida. Decir: nadie me ha dañado de esta manera, no volveré a caer. No caeré. Quién lo iba a decir.

Y empiezas de nuevo sabiendo que no hay nada más que este comienzo, que no durará, que habrá otra o habrá otro o habrá el tiempo, que lo destruirá como el tiempo destruye los muebles y los mausoleos. Y yo pensaba que lo decías en serio

Empiezas otra vez: y yo pensaba que lo decías en serio. 

Te has reído siempre del amor, el amor jajajá. El amor ajeno. Jajajaja. Siempre que un te quiero, pensabas: erotismo, cortejo; pieles, partes. Te has quedado quieta, abierto los ojos, hablado en susurros, te has reído. Otra vez has soltado tu carcajada. Jajaja. Nadie me amará: somos animales heridos.

Te reías del amor y lo ofendías. Te reías. El amor. Qué cuento y era frívolo.


No se puede hablar de amor en otro idioma. No se puede, porque el amor es como el humo. El ser es racional y el amor es instinto de supervivencia. Hablar en esta noche de amor es condenarlo. Hablar de amor y defender la pena capital. Hay algo que nos diferencia. Es como no creer en la muerte. Ay, el amor. Amor entre una pacifista y un militar. Ay, el amor de cuento y los poemas. Y los vídeos y las horas. Ay, el amor y los trozos: los pecados fracturados, los huesos, las tazas, las horas. 

Quiero encontrar a una chica que me guste de verdad y estar con ella. Já.
Tú creías volver a amar o que alguien te amaba. Y te conformas con el abrazo esquivo, el contacto, te conformas con el beso que cuesta hallar, el vaso o el cigarro compartido, te conformas, quizá, solamente con dormir abrazada a la noche, aunque el cuerpo no sea más que otro animal a medio cazar, un cuerpo que es coro, acompañamiento del objeto principal. Te burlas del amor porque no crees en nada. Y qué es más que una mentira todo esto. ¿Hablabas en serio? Ay, el amor.

Ay las palabras que no llegan. Ay el aliento que no llega y las palabras que no salen. Ah, pero, ah, el amor. El amor. Jajajaja.

Jajajá el amor.


10 de diciembre de 2011

22 y último tango

Estoy bailando una música que no entiendo.
Estoy bailando y quiero.
Estoy sorda y no quiero.
Y la música me entra por todos los sentidos.
Y la música en realidad es pintura
muy espesa
muy caliente.



Esta música de los 22 suena en un cuarto...
Esta música de 22 tiene huéspedes y anfitriones,
tiene saxo y
licor
y vino caliente.
calor
caliente.


Es una música que viene de lejos, de un tranvía,
de un lugar guardado en cajas...
pero se parece a un padre que se fue cuando era niña,
a un novio que me dejó cuando era virgen.

Esta música ya no sabe a locura
a manicomio
a habitación número 22.
Esta habitación sabe a inconsciencia
lubricante
y música
caliente.


7 de diciembre de 2011

de dón, de dónde, de dónde viene este discurso

de dónde viene la hipocondría, señor
esa falta de afecto
afección
tos
...
...
...

de dónde viene, señor.
de dónde viene un discurso tan feo.
ganas de potar, el corazón,
ganas de llorar:
cuervos pequiñitos
de mis lágrimas.

de dónde, señor,
de dónde viene esa muerte
que lloran los niños de teta.

de dónde viene esa muerte ordinaria
esa muerte vestida de luto
los días de diario,
jueves y domingo,
ese trabajo del dolor
que traducen los teutones.

de dónde vienen las letras trabadas
del ordenador.
la etimología del dolor.
la
efe
el punto.
la
hache.

de dónde la humedad, señor,
si hay desiertos en lugar de sangre.
don de la ebriedad
dónde la ceguera.
dónde
dónde la verdad:
en qué parte algo certero.
en qué parto.
en qué mirada infantil.
dónde de dónde de dónde.

dónde la mudez.
de dónde de dón de la tarta
tartamudez.

a dónde.





4 de diciembre de 2011

los lobos muestran ternura al morder


...pienso en la que era mi gran religión 
y ahora me reconozco solo en la pasión
...adiós
adiós,
amor.

Nacho Vegas



vía Gj.

***

pisaste entonces a veces mis huellas

y solo quedan formas en la nieve una nieve venidera
formas en el suelo nieve cargada de arenas movedizas y linfa y objetos resbaladizos
como memoria
amor
ficciones

ventisca y huracán
montes y ceniza
nietzsche y otras religiones ateas
con dioses tristes
y dioses muertos
que esperan.

orballo meridiano al atardecer.

y el mundo entero parece un enorme animal frío
a punto de perecer.



3 de diciembre de 2011

"Jóvenes, poetas y digitales", un artículo para Mamajuana Magazine

Tags: generación Google, exhibicionismo, yo virtual, literatura online, nuevos creadores

En los últimos años se ha ido formando en Internet un entramado de blogs, bitácoras y páginas personales en torno a la literatura, cuya existencia ha forzado la reflexión sobre la difusión, la creación y, por supuesto, la edición. Este nuevo panorama tiene en la poesía su punto más interesante y controvertido. Además de replantear y actualizar viejos dilemas (¿qué es la poesía?), abre otro campo casi inexplorado: la identidad digital y su variante, si es que la hay, en el lecto-autor.

La Web 2.0 ha gestado y dado a luz a la llamada generación Google, en la que por error se suele incluir a casi todos los jóvenes, sin precisar demasiado el rango de edad. En realidad...

Para seguir leyendo, pincha AQUÍ.

***

Foto (exhibicionista) de perfil.



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